26 feb 2013

Ella era como ese viento que es frío y a la vez no tanto... ese que se te mete por el cuello y marca la piel de recuerdos. Ella era adicta secreta al chocolate y muchas otras cosas mas. Ella sonreía simplemente por estar viva. Nunca la verias triste, porque aceptaba lo malo y que habia que convivir con ello. Siempre se dijo, "la vida es demasiado corta como para estar seria", y cuanta razón tenían esas palabras. Ella pensaba que todo el mundo debía hablar en un mismo idioma y que los besos eran una maravillosa forma de compartir sensaciones. Ella creía en el amor, pero no estaba enamorada. Ella decidió tener un corazón de piedra. Pero llegó alguien que la giró y la puso boca abajo, a ella y a todas sus ideas. Llego uno que en sus labios se podían leer historias. A ella nunca le había gustado que le tocaran el pelo, pero cuando el se lo apartaba de la cara hacia un gesto, y el la llamaba bonita. Que ella puso nombres a las estrellas a su lado y le gustaron cosas que antes no habría ni parado a mirar. Que soñaba con futuros a la vez de increíbles, imposibles. 
Y como todo lo bueno, se acabó. 
Y comencé a verla sola por las calles, vestida de gris. Ya no sonreía y no hablaba de lo maravilloso que era vivir. Que en sus ojos verdes se veía que deseaba irse a casa a ponerse a escuchar la canción mas triste y tan bien escrita y a taparse bajo las sábanas para separarse de ese mundo en el que él vivía. 
Pero esta vez me he acercado a ella y le he dicho "Eh, la vida es demasiado corta como para estar triste"
Y chicos.. Hoy va vestida de colores.

24septiembre2012

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